HOMENAJE EN EL AEROPUERTO DE SALTA


Es para vos María Belén
desconocida amiga.
Pusiste la mejilla
a un asombrado beso
que recibiste sonriendo.
Más a la izquierda, tu boca
nos observaba inquieta.
Pensé tengo ochenta y dos
y aun creo en la magia de tus veintiséis.
En dos segundos
cambié un momento por cuarenta años
y te besé en la mejilla
sintiendo que no perderíamos ese instante.
Que en ese, tu aeropuerto,
te sorprendió la despedida de un amante.


Salta-Buenos Aires – 5/8/2013 – JH
HAIKU     

                           DESPEDIDA

 Ceviche peruano.
 Cena  despedida,
 parten los que amo.

JH -19/5/13
 
 

 
 
HAIKU DE MAYO
                                
 
                                            TRATA
 
    Madre que has muerto
    buscando a tu hija.
    Tragedia sin fin.

J.H.  19-5-13
 
 
 
 
 
OTRO HAIKU DE MAYO

                                                    RETRATO
 
                      Bajaron el cuadro
                    del gran dictador.
                        ¿ Hoy quien lo guarda ?

JH-  19/5/13
 

 



TRÉBOLES DE OTTAKRING

Nueva Pompeya vienesa, veredas de musgo, resbalosas
de tanto dialecto,  tanta cara de galleta, pantorrilla
de piba de redondo caminar, marcha valseada, barrio.
Vos sos lo valioso que mejor me robaron en aquellos años.
Años de asesinato y expulsión, entrega y rapto.


Un tango vienés que se arrastra como azúcar impalpable
bajo la lengua gruesa de ablandar sonidos, sonrisa equívoca.
Consonantes bávaras. Un malambo magiar bajo la bota.
Mi vieja, una eslovaca colorada como la paprika:
Y que me trajo a Viena bajo las medias negras ajustadas.


Hoy canto en austríaco este tango cruel de barrios bajos
Intraducible quizás, y sin embargo emparentado.
Un tango que pone a Ottakring al otro lado del puente de la Noria,
el río corriendo en medio, una mar dulce azul, un Riachuelo,
con gitanos que viven en un tercer patio del conventillo,
bajo la misma llovizna otoñal, el mismo olor  de  trasnoche.
Lana mojada en el ronco vienés de un Goyeneche prestado.


Un piringundín de putas marineras en Mitteleuropa, nalgas
a las que canta el sordo Beethoven y una Butterfly de Callas,
un Mozart que es Gardel recita “cuando yo te vuelva a ver”,
esa es mi Viena, la que fue abusada por cafishios pedófilos.
Esos que abrieron sus cámaras de Alí Babá, en medio
de los tréboles que cubren las tumbas de mi infancia. Hoy regazos
turcos que habrían dado luz verde a mis  primeros pasos.


O se la darán a los últimos.  En Ottakring. Al otro lado del puente.

JH  -  1/ 04 / 2013  Buenos Aires.

 



LA SOMBRÍA INFANCIA


Ahora que estoy viejo, mi infancia es una zona sombría y lejana salpicada de pequeños recuerdos luminosos.  La gente suele  confundir ese combo siniestro con una larga vivencia  feliz y termina por atribuir a toda esa primera etapa de su vida un halo de satisfacción en verdad mayormente inventado.
Mi infancia, fue, pués digámoslo sin avergonzarnos,  una serie de experiencias horribles, de las que necesitaría rescatar algo de alegría. Creo que no lo lograré.
Transcurrió en Viena, una ciudad antigua y estrecha, en la que los viejos se la pasaban chistando y los niños desobedeciendo, con una cuota de miedos por ambas partes, y secretos inconfesables que oscurecían y anulaban toda comunicación auténtica y todo amor.


Debajo del piano de cola
tuve un mundo misterioso
yo ese niño solitario,
lo recorro en la memoria
rosas chinas de la muerte
crecen en mi apartamento
herencias de amor sin nombre
rosas chinas emigrantes
que me rozan cuando paso
no las corto ni las toco
y miran por la ventana
como un bambú del suburbio.
Te recuerdo embarazada
murmurabas por lo bajo
una nena nos espera
pensarás que hereda culpas
o asociaciones libres,
muchas sillas hay en casa
y nunca sirvieron de asiento.
Te recuerdo Amelia
las macetas mojadas
tus ojos violeta y miel
que hoy me siguen faltando.
Siesta flequillo y sandalia
Luego me traés la palabra
y la tomo y me la guardo
y luego le doy la espalda
y me escapo en el viento


JH 24/I/13

MI PADRE HOY TENDRÍA 115


Miro una vieja foto de mi padre
en ella tiene menos años que yo,
sonríe orgulloso de su dentadura
que hasta los setenta conservó.
 
Hoy competimos por la longevidad
el hijo junto al padre a esta altura
el humo del puro que esta noche fumo
cuarenta años me esperó en su escultura.
 
Miramos a mis hijos, a mis nietos,
los gestos similares del mentón
la preferencia por las pelirrojas,
de aquella y de mi generación.
 
El pelo aprendió a caer del mismo modo,
la vieja barba crece a igual velocidad.
Las uñas y las manchas de pigmento
delatan lo que les confió la edad.
 
Su Estrella de David, mi única herencia
colgada del reloj de su bolsillo,
allí se encuentran nuestras dos miradas
ahí se reúnen nuestros dos destinos,
en el abrazo de dos hombres perseguidos. 
 
JH 27/01/2013


 

SE ACABA

Creo que ya no escribiré simulacros de poesía
este año de mierda acabó con mi rima
mi ritmo y la palabra de la imagen
y estoy con poco combustible en la cantina.

Seco el crepúsculo del pulidor de letras
ese que graba en la pared del dormitorio
y mira los lomos de su biblioteca,
y solo ve la fila polícroma de jeroglíficos.

Hoy me despido como guitarrero de bailongo
cuando está saliendo el sol de un nuevo día
el violín de madera sorprendente lo enfundo
y retomo la vieja prosa en la vereda fría.

Se acaba el largo safari del cazador furtivo
no froto más mi lámpara de bronce,
quito la carabina de la montura del camello
acaricio el adiós que en mi edad se esconde.

Y cruzo el living en soquetes sin sonido.
 

J H – 20 de Octubre de 2012