MI BOLIVIA

----- Original Message -----
From: Jorge Hacker
To: rhohenstein@cotas.com.bo
Cc: Edgar Gonzalez ; Ejti Stih ; JuliaGmail
Sent: Friday, November 19, 2010 11:32 AM
Subject: Re: Hola


Queridos Hohenstein: He recibido la misiva de este 19 de noviembre que me hace desconfiar de todo tiempo lineal por la manera implacable de su pasar. Voy a tratar de adelantarte algo sobre Mi Santa Cruz, mis calles, mi plaza, mis anillos, mis amigos que algunos sguen siendo imprescindibles. Te envío mi blog como firma, en él hay algunas poesías inspiradas por Santa Cruz. Hasta pronto.

Comencé a frecuentar Bolivia en la década del 60, y mi primera actividad allí fué un seminario en la Universidad de San Andrés, en La Paz. Hablé de teatro independiente, de la formación del actor (de teatro, de cine de TV) y comencé mi romance con la música andina y los mercados y el lenguaje entrecortado y melodioso de las etnias bolivianas, con los rincones del Titicaca y los poetas y actores del altiplano.
En el orígen de mi amor con Bolivia está también el grupo panboliviano de los Runa del titiritero Edgar Gonzalez y su amistad.
En pocos años, mi relación se fué extendiendo a los pueblos cambas, y gracias a los Festivales de teatro a los que tuve el gusto de asistir,
y de la mano de Marcelo Arauz, pude hacer míos los anillos y las gentes de Santa Cruz de la Sierra, la de las mujeres hermosas, la de los gustos cambiantes, una ciudad muy femenina, algo vanidosa, pero hospitalaria y receptiva. Siempre consideré a Santa Cruz como un pago
al que de algún modo había quedado con un vínculo muy fuerte de conocimiento y reconocimiento.
Habré estado en Santa Cruz unos 15 abriles, y siempre que aparece la fecha de sus encuentros me viene un escozor bajo las alas y como una grulla migrante comienzo a mirar el cielo para ver si el instinto no me hace ir una vez más a las casas de mis amigos, a la Otero Reiche, al Centro Iberoamericano, a Casateatro, a Chaplin Show, a las veladas de teatro y amistad por siempre inolvidables.
Para mi cada esquina de Bolivia tiene un nombre, y las de Santa Cruz dos.
De La Paz partía siempre con el cariño de la gran poeta boliviana Silvia Mercedes Avila, a Santa Cruz llegaba al taller amigo de esa artista plástica y escenógrafa excepcional que es la tan nacionalizada Ejti Stih. René Hohenstein me recibió siempre con excelencia y Marcelo Arauz me hospedó y me consintió. Sé que el tiempo se ha llevado esos momentos, pero siempre vuelven a aparecer con una luz renovada.
Participé en la vida teatral de SantaCruz, acompañé algunos proyectos y puestas en escena y nunca dejé de soñar con volver para devolver así sea en parte, las mil gentilezas y generosidades de las que fuí objeto en mi Santa Cruz de muchos años. Reconocía la llegada a Viru Viru por los sonidos que se habían hecho familiares y que anticipaban jornadas de intercambio afectuoso y total.
Esa relación con una ciudad y una cultura no pueden resumirse en 20 piedritas. La relación de un hombre con una ciudad es más grande que la suma de sus encuentros. El deseo de integrar a la memoria los momentos esenciales, sencillos y profundos, forman parte del tesoro personal, son marcas de identidad que como una gubia afilada va adentrándose en el terreno de lo imborrable.
Un violinista sobre los tejados te seguiré sobrevolando Santa Cruz, cuidando que no te me pierdas.
Con todo cariño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario