S K U L T O R E

El tiempo es un escultor que nunca se repite
su cincel come el mármol del cuerpo sin mirar atrás
a cada golpe echa un signo de pregunta
y cada pregunta significa un golpe más.

Con los restos de la lluvia va lavando
la arena del fondo que da luz a la forma
pirámides huecas y esfinges sonrientes
salen de su Nilo de cera y entran al desierto cantando

El escultor ya es viejo cuando nace,
A cada trueno se vuelve para ver quien lo sigue
y como el génesis que dios impuso a martillazos
defiende el material sin cuestionar lo que hace.

Como todo viejo quiere ganarse el pan de la caricia,
como una puta espera la paga y la costilla consuelo.
El precio es alto, es el peaje de la vida.
El escultor guía su material como un abuelo.

Hasta hacer de si mismo la piedra inspiradora,
Haciéndose cabeza, mano, cincel, martillo,
para llegar a atravesar lleno de cicatrices,
el duro cascarón de nuestra historia
la gruesa muralla del medieval castillo.


JH Buenos Aires 5 de febrero de 2010

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