BALANCE

Mi madre cubrió mi cuerpo de un chocolate espeso.
Que endureció con los años. Hoy tiene serias rajaduras.
Los malos climas arruinan las cosas, decía mamá,
Y ciertamente nada se come tan caliente como se cocina.

Anécdotas por la dudosa honestidad de comerciantes.
Valijas llenas de regalos y moral, sombreros nuevos:
Así volvía mi padre de sus continuos viajes.
Hay que llevar la frente alta como un premio, decía;
Y: “La mierda baja lenta pero baja”.

Mi infancia transcurrió entre nazis y niñeras.
Seducido y golpeado en la escuela primaria
de la Börsengasse, en aquella Viena cobarde,
la más ruin y servil de las ciudades.

La tos convulsa estaba de moda, y Freud, y los masones.
A bordo de un transatlántico jugaban Zweig y Einstein
al ajedrez del exilio. En el mismo tablero en que Colón
jugó sus chances frente a los marranos. El mismo viento
en las melenas blancas. Los mismos chistes negros
sobre inquisidores y conversos.

Mi mapa familiar era el globo entero. Las primas a Bolivia.
A Sidney el cuñado de mi padre. Frenkel quedó
en Londres. Nosotros, como Solís, a la mar Dulce,
muertos de hambre. Josefina en Boston de por vida.
El viejo Karol a Shanghai. El resto, que eran mayoría,
a arañar las paredes de cemento en el infierno.
A Terezín, a Dachau, a Buchenwald,
y el fin de fiesta en Auschwitz.

A poblar Palestina no, decía mamá, somos del Continente.
Antes cualquier isla pacífica y lejana. Salvar la vida hoy,
inadvertidos. Las lustrosas botas negras de los gansos
aun retumban en la esquina que fué mi casa. Ese
delirio demencial que en una sola noche
nos agrió para siempre el vino nuevo.

Acá nos esperaba la sonrisa de Gardel. El hilo inglés,
el rancho. El Corso loco en Belgrano y Entre Ríos.
“Oh Aurora”. La Munich y una Costanera de nostalgias.
Erico, De la Mata. Y el guardapolvo blanco
que tapaba el pantalón de cuero tirolés.
“Decí algo, alemán...”
La rabona en la siesta de las vías de Freire. Colegio Pestalozzi:
“su conducta deja mucho que desear”. Los fines de semana
eran las suaves alfombras de la casa de mis viejos.

En esta hora de recuento paso lista.
A la primera tanda.
No es más que eso.


A fines del 2005 - JH - del álbum de recuerdos

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