SANTA CRUZ DE LA SIERRA

Los mismos nombres vuelven cada noche.
El cuarto lleno de oro no ha bastado.
"-¿Cambio, señor?-"
Los juegos digitales laten sobre los caballetes.
Alguien está fumando un humo extraño.

Quiero contar como yace el corazón entre las hojas
en Santa Cruz de la Sierra.
Ciudad sin Occidente, chata, carabela vegetal
que flota en el sudor de las palmeras.

Debajo del silencio la fiebre del dorado.
"Te pido Virgen que aparezca la veta salvadora."
"-¿Cambio, señor?-"
"Por esta SantaCruz te pido,por mi hija,por lo que más quieras." El cuarto lleno de oro no ha bastado.

Quiero contar como quedan anclados marineros
entre algas de montaña, selvas sin nombre, tránsitos sin calles,
sopor de iguana tropical,en la Bolivia de gangrena y quimera.

Vergüenza riega orquídeas detrás de los portones.

"-¿Cambio, señor?-"
La plaza se abre a las primeras comparsas del jueves.
Luces de pompas fúnebres sobre las paredes.
Un hilo de saliva separa a la reina de la banda asesina.

Yo gozaba la noche vacía con su aliento de ají,
de gotas en el aire, de cerveza en los dedos,
girando por la espiral de esa ciudad levantada
sobre alguna misión de jesuítas drogadictos.

Quiero contar como en Santa Cruz de la Sierra
que crece sin palabras día a día, terraplenes y anillos,
noche trás noche vuelven a desfilar los mismos nombres.

"-¿Cambio, señor?-"
Certeza también de revancha milenaria.
La pantalla del sábado se cubre de estrellas.

Ya ven, el cuarto lleno de oro no ha bastado.

JORGE HACKER

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