LA VIRGEN JUDÍA

El padre del sacerdote
un día me confió el secreto.
La Virgen del Valle es judía
lo saben incluso los legos.
Esa cara tan oscura
es rasgo de semitismo
no la crearon los diaguitas
ni es de hollín su rasgo fino.
Capaz viene de Etiopía
desde donde la han traído
unos curas transhumantes
que en la gruta la enterraron
para placer de arzobispos
y aborígenes vasallos.
En Catamarca la adoran
y la llenan de promesas
encerrada en su vitrina
llena de marcas de dedos,
de adornos y de mil mensajes.
Virgen desproporcionada
rostro de brasa apagada
cuerpo enorme y triangular
rígida infelicidad.
Ni rastros de la ingenuidad
De su hermana de Luján.

Virgen del Valle que me estás escuchando
ícono de colores, de madera y de paño
Te acusan de judía, por seducción, por engaño,
puede ser un cumplido, pero no peca de casto.
En mi libro no hay vírgenes, ni por un instante las hubo,
Hay algunos profetas, algun patriarca barbudo,
Nuestras madres son vírgenes que determinan la vida,
Pero nadie las endiosa, su altar es la cocina.
Allá hacen sus milagros, ahí las oraciones riman.

Ser virgen cristiana representa el trabajo
De caminar en andas en el centro del canto.
Beatas y ancianos agachados de fé
se entrenan forzados en el no comprender.

No quiero que pienses, Virgen del Rostro Asustado,
que hay algo en mi tono que burla lo sagrado,
es más, a tal punto me lo tomo en serio
que asumo mi esfuerzo por captar tu misterio.

Jorgos – 29 – I -- 2010

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