H U N G R Í A

Predadora rapaz, paradoja sensual de sonidos, blusas que cubren
hombros blancos apenas, muchachas que trituran vocales, tierra
invadida de vándalos, tártaros, hunos, magiares, imperio de gitanos, trofeo de Hitler, de Stalin, usurpada mil años, castillo secreto
de la Europa de los Esterhazy, de Haydn, de húsares de plomo.
Veo mi orígen, mi árbol genealógico, mis ojos oscuros, mi piel verdosa bajo la bota blanda, y todos estos siglos la torta Dobosh,
El dulce Tokai, los gulash, el salvaje paraíso de la páprika.

Futbolistas forzudos, pero también escultores, gitanos pelilargos,
eximios violinistas, mujeriegos, hace mucho que te falto país
de mis abuelos, nada tengo para perder en esta infantil despedida.
Hoy cumplo años. 77 hace que espero este reencuentro.

Y a vos Imre Kertesz admirado, Premio Nobel de los Campos, cansado de esperar honores, chico pisoteado, cantor de hungrías miradas con la lupa, nunca mejor el reducto familiar
que entre tus budapestilentes líneas.
Nunca lamenté tanto no comprender ese idioma esdrújulo y salvaje.
Chico triunfante al final, viejo sabedor de pañuelos de seda.
Todos los violinistas gitanos bailan tu czárdaz del sable imperial.
Y los turistas compran. Cansados de ir al kiosko de la esquina.
Unido a ellos, quejoso, espero mi ración mediocre y traicionera.
Gasto mis últimos cartuchos yendo a un país que no existió jamás.

JH - 10 de febrero de 2008

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