POESÍA DE LA MAÑANA



En este instante sale el sol.
Es la hora en que cazan las truchas
y las águilas matan sobre el viento.

La hora en que el cóndor
empuja el corderito al precipicio
y el zorro apura la última dentellada de la noche.

Al otro lado del río
abren los Bancos sus bóvedas.
Los gerentes suben a sus ascensores.

Las fundas de las máquinas se levantan
y las entrañas del festín quedan al descubierto.
La telefonista se alisa las medias preparando el combate.

La presa cierra el ojo en el bostezo.
El depredador alza la oreja.
La sangre matinal es más espesa.

Lo saben ambos, el cóndor y el gerente.

Es hora de dar batalla, los insectos no estorban
hasta después del mediodía.

El pobre baja al pozo y pone el agua al fuego.

El álamo se estremece, su puntera raya el aire.

Como una foto movida, en las dos orillas del río
las nubes copian la línea del horizonte.

JORGE HACKER
Buenos Aires

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