P E S A J

Atravesé el mar tantas veces
que salvar la vida de la esclavitud y de la muerte
se me hizo camarada cotidiano.

Juan de la Higuera, abuelo de mi sangre
iba en los barcos de Colón. Desde entonces
cargado de pimienta y de laurel
fui y vine sin parar. A veces
erguido en terciopelo sobre el puente.
Otras fingiéndome cadáver bajo el oro.

La última,tomado de la mano de mi tío
Francisco José, un poetadel teatro campesino,
huí de Terezín. Por los desiertos
de Francia y Gibraltar hasta el Atlántico,
que retrocedió ante nuestro barco que arrastraba
su panza contra el fondo.

Cuando se lo contaron en Berlín,
el Faraón se dobló de risa, mientras las ranas
comenzaban a salir por las canillas.
Jorge Hacker - Buenos Aires

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